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Probablemente, todos los días te levantas muy temprano para bañarte, desayunar y dirigirte al trabajo a dar lo mejor de ti para pagar tus deudas y comprar todo aquello que tu salario te permite… pero ¿alguna vez te has preguntado para qué haces todo esto? Es decir, ¿qué te mueve, cuáles son tus metas, cómo te ves en 3, 5 o 10 años?
Muchas veces las personas nos concentramos tanto en el presente y el futuro inmediato, que olvidamos nuestros sueños y planes a largo plazo. Y si bien vivir en el presente es lo mejor para nuestra salud mental, tener metas que alcanzar nos motiva y encamina cada acción hacia un fin.
¿Qué son las metas y por qué es importante planteárselas?
Las metas son el resultado imaginado o esperado tras una acción. La palabra “meta” proviene del latín y designaba una serie de objetos cónicos colocados en los extremos de la pista de carreras del circo romano, que marca el inicio y fin de la trayectoria. Por esta razón, meta se relaciona con el fin de una carrera o un objetivo alcanzado.
En la cultura occidental, la felicidad, la superación personal y el éxito se relacionan con las metas. Sin embargo, la concepción de meta es algo totalmente subjetivo y cada persona puede tener una definición propia de metas y el camino para alcanzarlas.
La importancia de las metas radica en la motivación: ese impulso por alcanzar un objetivo, que es lo que nos motiva a levantarnos de la cama, aunque tengamos sueño; salir a la calle, aunque haga frío; y acudir a un lugar por muy lejano que se encuentre.
Por ejemplo, un estudiante cuya meta es graduarse como médico puede pasar muchas noches sin dormir bien, o hacer sus prácticas profesionales en un lugar lejos de su familia y de su pareja. Todo sea por alcanzar su meta de titularse y ejercer la medicina.
Recomendaciones para alcanzar tus metas
Enfócate en tus metas
Siguiendo el ejemplo del estudiante de medicina cuya meta es titularse, muchas personas sienten que una vez que alcanzaron sus metas ya no tienen ningún otro objetivo en su vida. Incluso pueden comenzar a perder la motivación y el interés por su trabajo sin darse cuenta.
Sin embargo, siempre hay una meta que alcanzar: estudiar una maestría, escribir un libro, viajar, comprar una casa propia y muchas, muchas otras. Una vez que alcances una, puedes plantearte otras y de ese modo orientar todos tus esfuerzos hacia una acción particular.
Elige metas realistas e importantes para ti
Si te planteas la meta de ser la siguiente persona en caminar por la luna, probablemente no la alcances jamás. Y no es por ser pesimista, sino porque es una meta irreal si no eres astronauta. Plantéate metas que sí puedas alcanzar en un periodo estimado; por ejemplo, si eres empleado y sueñas con poner tu propio negocio, puedes ponerte la meta de ahorrar y emprender en un plazo de cinco años.
Mide qué tan cerca estás de alcanzar tus metas
Para mantener la motivación es recomendable medir tus acciones para saber qué tan cerca estás de tu meta. Siguiendo el ejemplo del empleado que quiere volverse emprendedor, saber con cuánto dinero cuenta y cuánto le falta es importante para tomar nuevas acciones que lo acerquen a su meta más rápido. Tal vez pueda vender productos por catálogo, crear un plan de ahorro, o hacer horas extra para aumentar sus ingresos y alcanzar sus objetivos en menos tiempo.
Visualízate alcanzando tus metas
Imaginarte en el escenario de tus sueños te ayudará a mantener la motivación por alcanzar tu meta. Además, te anticiparás a posibles retos que se te presenten en el camino y podrás establecer prioridades, de modo que si se te atraviesa una situación inesperada o inconveniente que te retrase en el alcance de tus metas, puedas afrontarlas sin perder el rumbo.
Comienza por alcanzar las metas más pequeñas
Tal vez tengas metas que te parezcan imposibles de alcanzar. Ya sea porque requieren mucho tiempo (como en el caso de terminar una carrera), porque necesitas dinero (como en la apertura de un negocio propio) o porque hay otros desafíos imprevistos.
Sin embargo, puedes comenzar con metas pequeñas, que sean relativamente fáciles de alcanzar para comenzar a superar retos y dejar el camino allanado para cumplir tus objetivos. También puedes dividir tus metas más grandes en tareas sencillas, por etapas, cuyo cumplimiento te acerque a tu meta final.
Planea tus acciones
Sin duda, no vas a alcanzar tus metas si te quedas soñando despierto, necesitas tener un plan de acción para saber cómo lo lograrás. Por ejemplo, si quieres aumentar tu productividad debes tener un plan para hacerlo: puedes poner en silencio tu celular para no distraerte, llegar más temprano a la empresa o cualquier otra acción específica que te ayude a alcanzar la meta.
Recuerda metas que ya has alcanzado
Sin duda, ya has alcanzado muchas metas y tal vez no te hayas dado cuenta. Analiza esto y piensa en qué fue lo que hiciste para lograrlo, cómo te sentiste y todas las satisfacciones que llegaron junto con el cumplimiento de tu meta. Si lo piensas bien, te darás cuenta de que has cumplido más metas de lo que crees.
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Licenciada en Administración Mercadotecnia por la Universidad Panamericana; cuenta además con un Máster en Dirección de Empresas y postítulo en Coaching Ontológico. Rosca es muy apasionada del desarrollo humano y la responsabilidad social corporativa.