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Institucionalización, nuevos mercados, la siguiente generación de la familia al mando inminente, una fusión…

“Si no esperas lo inesperado no lo reconocerás cuando llegue”
Heráclito

Ithel Villanueva, Co-Fundadora de Brilio, Experta en Factor Humano, Cultura Organizacional, Change Management. | | Edición: 52


Cualquiera que sea la necesidad de rediseñarnos para desplegar la misión de la empresa nos regala retos que a veces no vemos hasta que se vuelven un tema arduo o imposible de resolver. Y cada uno de estos nos confronta como algo inevitable y lleno de incertidumbre.

Entonces, ¿cómo adaptarse a la transformación? Los retos para superar lo inevitable implican armonizar contrastes en un baile ágil para recibir el futuro, y de pasos firmes que refuercen la misión.

Hay quienes nunca hablaron con una telefonista, esperaron con ansias al cartero, ni se desilusionaron por las ocho fotos buenas de las veinticuatro del rollo. Detrás de esos oficios, fotos y cartas había industrias y empresas que ya no existen porque se reinventaron o desaparecieron.

Por ello es relevante abrazar el cambio mientras se fortalecen los valores corporativos, ya que cimienta la cultura de empresas que trascienden, y en el caso de las que optaron por no cambiar, imperan factores como la indecisión, estatus quo y en cierto modo, la soberbia.

La clave es emular al ave fénix, ese ser mágico que renace desde sus cenizas venciendo la muerte, y que es estandarte de resiliencia. Sin embargo, es conveniente tener especial cuidado de, en aras del cambio, no caer en “la estrategia del coyote¹”.

La angustia de asumir un cambio incita a tomar decisiones rápidas eligiendo métodos y herramientas sin claridad en los objetivos ni en las propias capacidades y límites.  Se hacen cambios estructurales, se adquiere maquinaria, o autorizan proyectos inadecuados, resultando en desperdicio que genera mayor incertidumbre y desgaste.

Peor aún, si después del resultado fallido se decide nuevamente sin entender los propios límites, terminaremos pareciéndonos al “tonto coyote” tratando de atrapar al correcaminos.

Reconozco la tenacidad del coyote, su creatividad, arrojo y compromiso.

             ¿Identifico esto en mi empresa?

             ¿Mi equipo?

             ¿Mi persona?

Situaciones donde, a pesar de estas magníficas cualidades, no aprendí la lección errando nuevamente, amén de que diseñé una “mejor” estrategia.  Si no profundizo en el contexto ni reconozco mis limitaciones con humildad valiente, la próxima “trampa… me podría matar” ².

Sumemos el momentum: la cuarta revolución industrial (4IR) ha hecho del ejercicio empresarial “un deporte extremo” pues rompe el modus vivendi hasta ahora conocido.  

Con la 4IR las delgadas líneas entre lo físico-dígito-biológicas cambiará cómo y qué hacemos, y cuestionará quiénes somos ³.

Por eso, más que una invitación a reinventarnos para evolucionar la transformación ágil es un requisito.

Cuando suena el río….

Desde el siglo V a.C. Heráclito, filósofo presocrático, concluyó que lo único permanente es el cambio representado en su frase: “no te puedes bañar dos veces en el mismo río”. Por la corriente, el río nunca es el mismo, fluye… al mismo tiempo, el cauce y su dirección permanecen.  El reto consiste en prever y adecuarse al movimiento (cambio permanente) considerando el cauce que ofrece una relativa permanencia (cimiento y objetivos).

En nuestra experiencia hemos identificado que las empresas con una transformación acelerada y eficiente son dirigidas por líderes que reconocen sus errores y límites con garbo, valentía y humildad.  De ahí construyen un nuevo sentido que empodera con ejemplo inspirador, a evolucionar… más allá del ave fénix.  

Cuando el líder tiene ese acto de reflexión ve con nuevos ojos y se detiene a entender el río:

La corriente

¿Velocidad?

Ejemplo: Innovación, cambio en la industria y el mercado.
Ejemplo: Tiempos.

¿Qué lleva?

Ejemplo: Mercados emergentes, nuevos productos…

¿Hay remolinos?

Ejemplo: Competencia, nuevas malas – buenas prácticas.

El cauce

¿Cuál es la dirección?

  • Visión

¿Cuáles son los cimientos?

  • Legado, misión, valores

¿Qué elementos no deben cambiar?

  • Factores de éxito, cultura organizacional.

¿Hay otros obstáculos?

  • Falta de liderazgo,
  • Debilidad o rigidez en la estructura,
  • Legislación global.

También se detiene a reconocerse e identificar su impacto en el proceso.

Impacto

Listos para la aventura

En una transformación ágil y eficiente, reconocemos un requisito y tres pasos:

Requisito: Reconocer que el cambio “es permanente”; la transformación NO es solamente una invitación.

Pasos:

  1. Liderazgo humilde y valiente.
  2. Análisis profundo y ágil “del río”. Estructura con cimiento y flexibilidad.
  3. Alinear el sistema. Llevar a la vida las estructuras a través de un liderazgo que invite a la coresponsabilidad, compromiso e inter-influencia¹º.

El proceso implica una aventura que impacta en futuro y capacidad de desarrollo acelerado, productivo y exitoso.

¿Cómo iniciar esta aventura?

El mapa está trazado, el camino…  otra historia

¹ Recordando al coyote persiguiendo al correcaminos. Metáfora: Ithel S.V.; proceso de transformación por Brilio.
² Canción del correcaminos
³ Klaus Shwab, Presidente Foro Económico Mundial, Davos 2017
⁴ Taller de cambio institucional BRILIO. www.brilio.com.mx
⁵ Diógenes Laercio, II, 22
⁶ Consultoría de Brilio
⁷ Metáfora Heráclito – propia del autor.
⁸ Justa valoración de uno mismo y de los otros.
⁹ Rost, Leadership for the Twenty-First Century, 102.
¹º Carlos Llano añade inter-influencia al concepto de Rost.


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