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Probablemente alguna vez hayas tenido un día en el que parece que todo te sale mal: el coche no arranca, te quedas atorado en un embotellamiento, tus hijos derramaron comida sobre tu ropa, tienes una dolorosa migraña que no te deja pensar.

Sin embargo, todo parece empeorar cuando llegas al trabajo, ya que te enfrentas a regaños, gritos, a no permitir que expliques lo que pasó, a que no te crean a pesar de haberte explicado o, incluso, que no les importen tus problemas personales.

Estas son reacciones muy comunes de las personas que carecen de empatía Y, lamentablemente, la opción de renunciar y salir corriendo de la empresa no siempre es viable. Por ello, hoy te daremos unas recomendaciones para lidiar con la falta de empatía en el trabajo. ¡Comencemos!

¿Qué es la empatía?

“Ponerse en los zapatos del otro”, es decir, la capacidad de identificarse con los sentimientos de una persona, comprender su estado emocional y entender la situación desde la perspectiva del otro es lo que conocemos como empatía.

No es necesario haber pasado por una situación similar, ni siquiera es necesario estar de acuerdo con la interpretación de la otra persona sobre una situación: basta con comprender y validar los sentimientos del otro.

El concepto de empatía comenzó a ser estudiado por la psicología a principios del siglo XX, y en la actualidad se considera el componente más importante de la inteligencia emocional. A diferencia de otros rasgos de la personalidad que son innatos, la empatía se aprende desde la infancia, y puede seguir siendo perfeccionada en la adultez.

La empatía en el trabajo es de gran importancia para crear un clima laboral positivo, en el que haya respeto por las ideas de los otros, así como la capacidad de escucha activa tanto por parte de líderes y directivos como entre colaboradores.

Desarrollar la empatía en el trabajo ayuda a que los colaboradores se sientan alentados y comprendidos, lo que los motiva a dar lo mejor de sí mismos.

Características de una persona empática

En general, las personas empáticas se caracterizan por los siguientes rasgos:

  • Tienen la capacidad de escuchar activamente lo que dicen otros. Además, no solo escuchan las palabras, sino el tono de voz, se fijan en el lenguaje corporal y expresiones, por lo que perciben lo que la otra persona siente y quiere transmitir.
  • Son personas sensibles que se involucran de forma involuntaria con los sentimientos de otros ya que los comprenden y se identifican con ellos, aunque no tengan nada que ver.
  • Tienen la capacidad de interactuar de forma abierta y honesta con otros, demostrando el deseo de conectar y crear una relación de amistad.
  • Son personas que no se apresuran a dar un juicio u opinión sobre una persona o caso en particular. No creen que todo sea “blanco o negro”, ni toman partido fácilmente en un conflicto, tratan de buscar una respuesta intermedia y forman su propio criterio sin dejarse llevar por las opiniones de otros.
  • Son respetuosos ante las opiniones de otros y no tratan de hacer cambiar sus ideas. Además, son tolerantes y saben que todos tenemos ideas propias.
  • Creen en la bondad de las personas. Esta es una característica que hace muy especial a las personas empáticas, ya que no se dejan llevar por chismes, “mala fama”, y prefieren pensar que las personas son buenas por naturaleza y que tienen alguna justificación para actuar de forma inapropiada.
  • Son personas muy cuidadosas con sus palabras ya que saben que importa tanto las cosas que se dicen como la forma en que se dice. Se expresan con tacto, respeto y afecto. Además, brindan un trato amable y cordial a todas las personas, sin importar si son sus superiores o personal de limpieza.

¿Cómo son las personas no empáticas?

Las personas que no desarrollan la empatía se parecen mucho a los niños pequeños: son egocéntricas, no piensan más allá de ellos mismos, no se preguntan cómo se sienten los demás ante sus acciones, no conciben la idea de que tengan pensamientos y sentimientos propios, tan válidos como los suyos.

Muchas de las personas que no tienen empatía tienen dificultad de establecer relaciones de igualdad con otros. Buscan vínculos desde la superioridad, se sienten más importantes que los demás y pueden ir generando inestabilidad en otros con sus comentarios y actitudes.

Sin embargo, y de forma similar a la de los niños, cuando una persona carente de empatía se siente ofendida puede hacer grandes pataletas, se sienten atacados con facilidad e incomprendidos, además de pensar que solo ellos tienen la razón y las cosas deben hacerse a su modo.

¿Qué es la empatía en el trabajo?

“Ponerse en los zapatos del otro”, es decir, la capacidad de identificarse con los sentimientos de una persona, comprender su estado emocional y entender la situación desde la perspectiva del otro es la empatía. No es necesario haber pasado por una situación similar, ni siquiera es necesario estar de acuerdo con la interpretación de la otra persona sobre una situación: basta con comprender y validar los sentimientos del otro.

El concepto de empatía comenzó a ser estudiado por la psicología a principios del siglo XX, y en la actualidad se considera el componente más importante de la inteligencia emocional. A diferencia de otros rasgos de la personalidad que son innatos, la empatía se aprende desde la infancia, y puede seguir siendo perfeccionada en la adultez.

Importancia de la empatía en el trabajo

La importancia de desarrollar la empatía en el trabajo radica en crear un clima de trabajo positivo. Especialmente, los líderes y directivos deben trabajar en la empatía para conectar mejor con su equipo de trabajo para crear un ambiente de confianza, comprensión y apertura, de modo que los colaboradores se sientan motivados, valorados y escuchados.

La empatía laboral es una competencia clave a considerar desde los procesos de reclutamiento. Además, se debe fomentar en el lugar de trabajo para crear un clima laboral de respeto, resolución de conflictos, comunicación asertiva y confianza.

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Beneficios de la empatía laboral

  • Evitar conflictos. Al tener una actitud positiva, escuchar activamente y tratar de comprender al otro favorece la resolución de incidencias, llegando a acuerdos entre las partes para que no se creen conflictos innecesarios. Además, estas acciones ayudan a llegar a una solución más justa a las incidencias.
  • Desarrollar una cultura corporativa. La empatía es una competencia blanda que puede ser parte de la cultura o filosofía corporativa para reforzar la confianza, mejorar la productividad y fortalecer el compromiso hacia la empresa.
  • Comunicación más fluida. Un entorno laboral empático es percibido por los colaboradores como un espacio seguro para expresar sus ideas, lo que hace que se sientan cómodos y sean más productivos.

¿Cómo implementar la empatía en el trabajo?

Si buscas implementar la empatía en el trabajo, lo mejor es recurrir a un profesional en desarrollo de competencias, con talleres en los que además se trabaje la comunicación, la resiliencia, la cohesión grupal, el trabajo en equipo y otros valores que se complementen entre sí y ayuden a tener un clima laboral positivo.

Ejemplos

Veamos algunos ejemplos sobre la empatía en el trabajo:

  • Escucha antes de hablar. Supongamos que eres el líder de un equipo y un colaborador llega dos horas tarde. Antes de gritarle o regañarle por su retraso, permítele que explique qué pasó, que muestre alguna evidencia (por ejemplo, su hijo se enfermó y lo tuvo que llevar al médico y presenta una receta) y una solución al problema (como reponer las dos horas por home office).
  • Mediar ante un conflicto. Imaginemos que una persona acusa a otra de un problema en el trabajo. En vez de regañar a este colaborador, actúa como mediador para calmar los ánimos, hacer una investigación sobre el caso en particular y tomar una decisión acorde al problema.
  • Ayuda a los colaboradores. Si percibes que un colaborador falla constantemente en una tarea o proceso en particular, busca soluciones a este conflicto. Por ejemplo, puedes enseñarle cómo realizar el trabajo, resolver posibles dudas o darle recomendaciones para mejorar.

¿Cómo sobrevivir a un entorno laboral carente de empatía?

Si identificas patrones de comportamiento relacionados con la falta de empatía e inteligencia emocional en el trabajo, ya sea en compañeros o en personal de altos mandos, el primer paso es tomar las cosas con calma. Si no puedes renunciar, tendrás que potenciar tus capacidades emocionales y profesionales.

Da lo mejor de ti en el trabajo: llega puntual, cumple con las funciones para las que te contrataron, procura entregar tu trabajo en tiempo y forma. Con todo esto no evitarás del todo ser blanco de su falta de empatía, pero al menos procurarás estar fuera de su radar.

No te tomes las cosas de forma personal. Yo sé, es difícil no tomarse como personal un regaño por un trabajo en el que te esforzaste mucho, pero debes mantenerte “por encima” de la situación. Es decir, el trabajo es lo que está mal, lo que no le gustó, no tú.

Y si el problema es personal, busca un acercamiento con el jefe o el compañero para preguntarle directamente qué es lo que ocurre y cuál es la forma de solucionar la querella. Tal vez solo se trate de un conflicto no resuelto, de un comportamiento que consideró ofensivo, o de otra acción que puedas cambiar para seguir ejerciendo tus labores sin inconvenientes.

¡Mantén una actitud optimista! El pensamiento positivo te mantendrá motivado para alcanzar tus objetivos personales y convertirte en ese profesional de alto rendimiento para cumplir con el trabajo para el que te contrataron. Además, una buena actitud es como la gripa: se contagia rápidamente y puede llegar directamente a esa persona para que cambie su actitud hacia ti.

Liderazgo empático, ¿Qué es?

En definitiva, la empatía es una cualidad deseada en un líder. Los líderes en general se caracterizan por tener inteligencia emocional para escuchar a su equipo y guiarlo para que alcancen los objetivos en común.

El liderazgo empático consiste en desarrollar un entorno de trabajo en el que se comprenda, valide y valore el punto de vista de los demás, con el fin de neutralizar las emociones negativas, fortalecer las relaciones interpersonales y fortalecer al equipo de trabajo a través de valores como:

  • Ética laboral
  • Balance entre la vida personal y el trabajo
  • Filosofía enfocada en las personas
  • Comunicación asertiva
  • Escucha activa
  • Tolerancia

¿Qué hacer si el carente de empatía soy yo?

Si después de leer todo esto has llegado a la conclusión de que eres una persona carente de empatía, tenemos una buena noticia: esta cualidad puede cultivarse, aprenderse, ejercitarse y hacerse crecer para mejorar las relaciones interpersonales con tus compañeros. O, mejor aún, retener al talento, mejorar el clima laboral y tener una buena relación con tus colaboradores.

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